Mandamiento 1º
1º.- Ante un problema, no hay que preocuparse.
Porque si tiene solución, no hay por qué preocuparse, porque se solucionará.
Y si el problema no tiene solución, tampoco hay que preocuparse, porque ya no tiene solución y no se puede hacer nada.
Estoy siguiendo este mandamiento al pie de la letra, y ¡oye!, ¡como que me va muy bien!
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