Tocata y fuga

Músicas y reflexiones por fascículos.

miércoles, noviembre 09, 2005

William y Carola


Deckar proponer inventar un final diferente para su saga de novela negra negrísima.
Esta es mi aportación a la historia.

Me encontré con Carola en el descampado donde me había citado. Bajé de mi coche y me acerqué a su descapotable. Ella se bajó un poco las gafas de sol, me miró de soslayo y se quitó de la cabeza el pañuelo blanco con topos negros que llevaba para que el viento no alborotase su larga melena negra.
Descendió de su deportivo y agarró el bolso oscuro que había dejado sobre el asiento vacío del copiloto.

-Bien William, esta es la cinta que tanto quieres- dijo sacando una película de vídeo del bolso.
-Pues verás, Carola. Yo... yo no he traido la cinta.-Dije con una pequeña sonrisa en mi boca.
-¡Cómo dices! ¡¿No has traido la cinta?!
-Eeeee, No. ¿Sabes...?, la tecnología actual de la policía ya no es como era hace unos años.... Nuestros decodificadores son muy eficientes, y....cómo decirte..... Tu película está decodificada, completamente.
-¿Maldito cabrón! Estás mintiendo. ¡Es un farol!
-¿Un farol? ja, ja, ja. Mira preciosa, un farol te lo echas cuando no tienes nada en la mano e intentas aparentar que lo tienes todo. Yo necesito ir de farol. Y ahora mismo tengo en mi mano un póker de reyes. Bueno, yo no lo tengo en mi mano. Está en la mano del Juez del caso.
-¡Bastardo! ¡Es mentira, dame la cinta!- gritó Carola mientras sacaba su Desert Eagle del bolso negro y encañonaba a William.
-Bonita arma. Y ahora que la tengo cerca, diría que es la misma que aparece en el video. Y no querrás que la misma pistola se encuentre en dos escenarios de crimen diferentes, ¿verdad? Además, ¿piensas que voy a venir sólo a este descampado sabiendo que eres una asesina? Dos de mis muchachos te llevan siguiendo desde que nos conocimos. Allí están Tom y Boby apuntándote con un rifle de precisión, así que antes de que apretes el gatillo, una bala perforará tu cerebro y yo tendré que llevar mi traje a la tintorería, y ninguno de los dos quiere eso ¿no?
-¡Vuelves a mentir, William!- dijo Carola amartillando su pistola- ¡Nadie me ha estado siguiendo!
- Compruébalo tú misma ¿Ves allí? ¿Detrás de esa loma?-dijo William señalando a un punto detrás de Carola- ¡Saluda a Tom!

Carola dudó por un momento y giró la cabeza para ver el punto donde William indicaba.
En esas fraciones de segundo, William le propinó un puñetazo a Carola en la mandíbula que la lanzó al suelo. Acto seguido, una patada en la mano hizo que la pistola saliera despedida unos cuantos metros.
Carola, aún aturdida por la violencia del golpe, intentó ponerse en pie, pero otro puñetazo en la boca del estómago la dejó sin aliento.
William empujó a la mujer contra su coche y agarró a Carola de un brazo, lo pasó por detrás de la cintura de la mujer y le puso unas esposas. En esa postura, con Carola apoyada con cara en el capó del coche y él detrás de ella agarrándola con fuerza, Willam dijo:
- Nunca pensé que se volviera a repetir esta escena, yo detrás de tí, y tú jodida.
Carola giró la cara y escupió sobre el rostro de William.

una hora después de lo sucedido, William llegó de nuevo a su oficina y se sentó en su silla. De repente unas arcadas subieron desde su estómago.
Cuando la tensión del momento vivido se disipó, recapacitó sobre la locura que había hecho. Había estado a punto de morir. Era la primera vez que había visto a la muerte cara a cara. A punto de perder la vida por un maldito polvo. No obstante, su vida ya estaba bastante perdida, dando tumbos.

Un becario del laboratorio de Criminalística llamó a su puerta.
-Inspector, ya tenemos la primera parte de la cinta descodificada. Se ve muy borroso, pero seguimos trabajando en ello.
-Gracias Boby.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de William y pensó para sus adentros:
-Carola es muy lista. Yo iba de farol. En el póker, nunca he sabido disimular cuando tenía mal juego. Pero aquí no me estaba jugando dinero. Me jugaba la vida. Y me la he jugado con un farol. Joder, William, todo por nada. Aunque mi vida, siempre ha sido un autoengaño, una mentira, un farol...
Cerró los ojos y comenzó a recordar su encuentro con Carola, el momento en el que la poseía, el frenesí del sexo. Quizá todo lo sucedido mereció la pena por ese polvo. Algo que Aurora no le podría dar.