Tan abandonado....

Ya casi no me acordaba de tí, amigo blog, pero otra vez vuelvo a tí.
Sábado en la gran ciudad y sólo en casa, como si fuera un triste martes de una semana sin puente. Ya vés.
No creas que te he olvidado por completo, no ha sido así. La semana pasada, en el trayecto del metro hasta el trabajo pensé en tí, y escribí el post perfecto por enésima vez (parafraseando a Buttercup) y por enésima vez no lo escribí.
El Dr. Corchea pedía paso para hacer un par de crónicas, pero una dosis de rutina laboral y cotidiana terminó por cerrarle la boca.
Han pasado muchas cosas, desde la última vez que escribí aquí, que merecían un post. Cosas muy agradables que le suceden a la gente de mi alrededor, he conocido a gente muy interesante, y a otra no tanto, pero que hacen que te des cuenta de lo variado que es el ser humano.
He hecho viajes a tierras lejanas, a tierras cercanas, viajes a casa. Planes perfectos que se arruinan, planes que por nada del mundo quieres que se malogren, idas y venidas.... muchas cosas que se han quedado en el tintero y que han perdido su oportunidad de ser escritas.

Intentaré pasarme de vez en cuando. No te prometo nada. Pero debes saber que sigues en mi mente, al menos cuando me siento en un vagón caluroso a la espera de llegar a mi destino.