Compras Navideñas

-Prich, habrá que pensar en las compras navideñas.
-Sí. ¿qué les vamos a regalar a las sobrinas?
-No sé. Mi hermana me ha dicho que a la pequeña (2 años) le podíamos comprar un puzzle de esos de madera, que le gustan mucho.
-Vale. De esos de los lunnis, que están en todas partes.
-Sí. Y a la mayor (4 años), que le compremos algo de ropa.
-¿otra vez ropa? ¿mejor un escaléstric, no?
-El regalo es para ella, no para su padre y para tí, que os conozco.
-Hombre, a ella le hace gracia, que cada vez que vamos a una tienda de juguetes se para delante de los coches.
-No. Os paráis tú y su padre. Y ella, como va de la mano, no le queda más remedio que ver los coches del escaléstric.
-Bueno, pero es un pedazo de regalo, que lo va a usar mucho más años que la ropa, que le dura una temporada.
-Ya vale con el escaléstric, que además no tienen sitio en la casa para ponerlo.
-Pues en la casa del pueblo, allí hay sitio de sobra en el granero.
-Sí, y que la cría agarre un pasmo por jugar con los coches en el granero sin calefacción.
-Bueno, le llamamos por teléfono y que ella diga.

Ring, ring.

-Hola cariño, soy la tía, ahora te paso al tío que te va a preguntar qué es lo que quieres para reyes.
-Holaaaa. ¿qué quieres que te traigan los reyes en casa de los tíos, amor?.... ¿que quieres ropa.....? ¿Y no quieres un escaléstric...? ¿no..?., vaya, ¿así que mejor ropa....? Un besito, adiós.
-Que la cría no quiere que le compremos el escalestric.
-Ya ves, ya te lo decía yo.
-Que prefiere que le compremos ropa ¡PORQUE EL ESCALESTRIC SE LO TRAEN A SU CASA! ¡OEOEOEOEOE! ¡Ñiaummm!, ¡Cuidado que derrapaaaa!, rassss, ¡Arráncalo Carlos por Diossss! ¡Hiiiiii, frenazo del quince! ¡Alonso, Alonso! (acompañarlo de movimiento de manos como si fuera un volante y cara de alegría)