Fin de semana gastronómico

Este ha sido un fin de semana pantagruélico. La boda de una compañera de mi mujer en Logroño se convirtió en un contínuo comer y beber. Empezamos el sábado por la mañana visitando una bodega de Laguardia (un pueblo muy majo) con su posterior cata de vinos. Comidita de tapeo, como mandan los cánones. Por la tarde la boda, y tras la ceremonia, otra ronda de tapitas por la calle Laurel de Logroño (setitas a la plancha, ñam, ñam)
La cena, regada con riojas del 99, para qué contar, pero el lomito de cordero con foie, compota de manzana y pasas estaba exquisito.
Tras la noche nos levantamos tarde, justo para dejar la habitación a las 12 del mediodía. A esas horas, qué mejor que un "brunch" de estos tan "cool" que están de moda ahora. Pero al estilo Logroño, es decir, de tapeo por la calle Laurel. (¿os he dicho que me encantó es calle?)
Tras comer y beber muy bien, emprendemos el camino de vuelta a casa.
De cena, un caldito, que hay que mantener la línea. :-)