El anuncio del periódico

Estaba tan ricamente durmiendo cuando a las seis menos cuarto de la mañana suena el teléfono móvil de la empresa. Somnoliento, miro a ver quién es a esas horas. En la pantalla aparece "NUMERO OCULTO" y empiezo a pensar que algo malo ha ocurrido en el trabajo: que alguien se ha hecho mal, que han entrado a robar a las oficinas o yo que sé, pero llamar a esas horas al móvil del trabajo, debe ser por algo serio.
Descuelgo y con voz de ultratumba digo:

-¿Ssssiiii?
Una voz de hombre nervioso dice algo como "Jasher hodie nuncio" o eso entendí yo.
-¿cómoooo?- repito aclarándome la voz aún dormida.
-Que he leido un anuncio...
-¿Un anuncio? ¿qué anuncio?
-Si, el anuncio del periódico. Chico negro, 20 cm. de polla....
-Mmmm, creo que se ha debido de equivocar.- le digo yo y pienso: "macho, no has acertado ni una"
-Ah.... lo siento. - cuelga.

Tras apagar el móvil, miro la hora del reloj (las 5:45 de la mañana) y el día (27 de diciembre) para cerciorarme que no es el día de los inocentes y algún capullo me la está jugando. Como las inocentadas se hacen al día siguiente, llego a la conclusión de que este tío, con las ganas y la emoción sexual del momento, ha marcado el número en el teléfono del mulato utilizando el dedo 21, y claro, se ha equivocado, y casualidades de la vida, me ha llamado a mí.

Luego pensé que debes de estar muy necesitado para llamar a un gigoló del periódico para que te administre un supositorio de 20 cm. a las 6 de la mañana de un martes laborable, pero bueno, el deseo sexual de cada uno es personal e intrasferible, y si le ha dado un apretón a estas horas, qué le va a hacer.
Y por último me acordé del pobre negro que va a tener que salir de su casa a las 6 de la mañana a "trabajar" para dejar contento a su cliente, con el frío polar que hace y lo que sufre la "herramienta" con estas condiciones climáticas.
En fin, gajes de su oficio.