TOP TEN
Artículo dedicado a Raist, con amor.
La verdad es que no cojo muchas borracheras, pero las 10 peores borracheras pasan a engrosar la lista del TOP TEN.
El único requisito para que una cogorza entre en esta categoría es que el alcohol ingerido haga el "efecto ascensor". Y de la "number one" me acordaré toda la vida.
Mantendré el anonimato de mi compañero de juega de esa noche, por respeto a su imagen.
Salimos con nuestros veintipocos años a "echar una copa y para casa". Ya sabréis, que las noches que empiezan con esta frase suelen acabar de manera totalmente aleatoria, y por lo general, bastante mal.
Entramos en un garito de música rock a tomar la cervecita que habíamos planeado antes de ir a dormir, pero una vez allí, y después de acabarnos el botellín, ¡oye! pues como que estabamos a gusto y a lo mejor no tomábamos otra cervecita. Mi amigo se fue a la barra y lo veo que vuelve con un litro de cerveza en vez de los dos botellines.
-Es que sale más barato un litro que dos tubos, y así aprovechamos.
Me pareció bien su sentido ahorrativo y nos bebimos el litro sin rechistar. Luego dije yo: "Pues ahora pago yo el siguiente y así quedamos en paz". Mi amigo no puso ningún problema, y otro litro de cerveza cayó en nuestras manos.
Salimos del bar y mi compadre me dice que en un bar cercano puede que esté un amiguete suyo, así que vamos para allí. Nos acercamos a la barra y mi amigo me pregunta qué quiero de beber."Whisky con seven up", le digo yo. Y él grita: "Camarero, un litro de whisky con seven up, que sale más barato".
En aras del ahorro nos bebemos un litro de mezcla entre los dos, y eso que su amigo no estaba en el bar.
Salimos dando tumbos del bar y nos dirigimos a otro. El camarero fue con nosotros a EGB, así que nos salieron las copas gratis. Tambaleándonos, nos acercamos a otro garito donde el camarero también era conocido de mi amigo, por lo que también nos salieron las copas "by the face".
A las 4 de la mañana, más borrachos que un piojo, nos fuimos tambaleando hacia casa.
Me cambié la ropa por el pijama y me senté en la cama. No sabía que el Dragón Khan lo habían instalado en mi colchón, y que yo había sacado tres viajes en primera fila. Sólo deciros que menos mal que no había nadie más en casa, y así terminé durmiendo en el cuarto de mi hermana, porque aunque tiene la cama más pequeña, es el más cercano al baño.El resto de noche os lo podéis imaginar: Sudor frío, carreras al baño, vómitos recogidos con escoba, el delirium tremens en primera persona...
Me consuela saber que mi amiguete sufrió algo parecido o peor, pero eso mejor que os lo cuente él.
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