Yo monotoneo, tú monotonéas, él

Cada día es diferente. Aunque la mayoría empiecen con el mismo sonido de nuestro amado despertador y terminen con el sonido del interruptor de la luz del dormitorio, todos son diferentes.

Si nos fijamos bien, hasta la rutina cotidiana es diferente.

Siempre habrá días en los que se te cae el lápiz en el momento menos oportuno cuando rellenamos el mismo impreso que siempre. Nos damos cuenta que nos falta aceite cuando tenemos el huevo batido para hacernos nuestra tortilla mañanera habitual. Que el café que has pedido en el bar de siempre está más bueno que de costumbre...

Aprender a valorar esas pequeñas variaciones hace que cada día tenga su “cosita” y le haga destacar un poco del resto.

Mis “cositas” son los blogs de la gente que leo. Cada día una aventura nueva, un comentario mordaz, un anhelo contado con palabras. El “a ver con qué nos sale hoy fulanito”, “ ¿cómo continuará la historia de menganita” me evade por unos momentos.
En definitiva, una distorsión en la monótona monotonía cotidiana.

P.D. Lo que ha alterado mi monotonía de hoy es que tengo más curro de lo normal, y a eso no termino por valorarlo positivamente, por mucho que me esfuerce.