Maldita sea mi suerte (II)
Con mi diagnóstico de MALA SUERTE aún caliente, empiezo a pensar cómo he llegado a esta situación. No entiendo dónde ni cómo me he podido contagiar. Bueno, el caso es que ahora tengo este mal de ojo encima, pero me niego a aceptarlo.
Un amigo me llama por la mañana y le cuento mi problema.
-No te preocupes, esta tarde vuelves a tirar los dados. Y yo te acompaño y también los tiro contigo.
Así que nos pegamos otras dos horas tirando dados y anotando resultados. Pero esta vez utilicé sus dados, porque los míos ya los había tirado a al basura.
Y tras aplicar otra vez las fórmulas estadísticas, llegué a otra conclusión: Tengo mala suerte, y la gente que está conmigo tiene más suerte, hasta límites insospechados que la estadística no acierta a explicar.
¡Me he convertido en un amuleto de buena suerte viviente!
Es así. Atraigo la buena suerte para quien está a mi lado.
Me alquilo por horas. Precio a convenir. Precio especial para grupos.
P.D. Por la noche vi Familia, y me dejó indiferente. Para un corto puede tener su gracia,pero para un largometraje me parece un guión flojete, y la BSO no le pega ni con cola. Sé que con esta crítica me gano la enemistad de varios blogueros, pero para gustos los números, que para eso son infinitos. :-)
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