Mon coeur, mon amour

Ayer, repasando la lista de películas que un amigo había conseguido durante la última "Campus party" uno de los parroquianos habituales dijo"Déjame ésta, que de vez en cuando me gusta ver estos pastelones sentimentaloides". Depués de leer el título lo miré con cara horrorizada y le digo "¿Pero tú te has oido lo que acabas de decir?", a lo que me contestó "Sí, ¿qué pasa? alguna vez que otra necesito una dosis de amor almibarado pastelón merenguoso. ¿Tú no?" Y de mejó ahí, pensativo y cortado.
Y ya no sé si soy un bicho raro. No soporto las parejas pastelosas. Y mucho menos sus declaraciones y demostraciones ostentosas y "para la galería" de su amor. Esas parejas que no saben estar sin cogerse la mano, sin decir a todas horas "cariño cuánto te quiero", sin borrar la sonrisa de la cara y con los ojos en otra dimensión. Esas parejas que empalagan de sólo verlas, que pides una dosis de insulina nada más verlos llegar.
Esas que se están haciendo arrumacos y declaraciones de amor infinito y "la buena pareja que hacemos" y la noche de antes el chaval se la estaba pegando con otra o se estaban tirando los trastos a la cabeza. Vamos, pura fachada.
Pensaba que era una rara avis, un tío sin sentimientos,un De Niro en Taxi Driver, alguien que ya no cree en el amor de película, pero escuchando esta canción de Anais veo que no estoy sólo en el mundo, que al otro lado de los Pirineos hay alguien que me comprende:

Esa mezcla de sentimientos
Aromatizada a las finas hierbas
Me hace sonreir
amablemente
y finalmente me hace vomitar.