Domingo por la tarde

Si esto de la reencarnación funciona de verdad, y me toca volver a ser persona, una cosa tengo clara:
¡No quiero ser profesor de autoescuela!
Tengo una paciencia a prueba de cafres, pero lo de ponerme en el asiento del copiloto y "...acelera, cambia de carril, frena, no tan brusco, aparca ahí, cuida, embrague..." (Amigo conductor de Perlita de Huelva)
Me supera, me "nervia los crispis", me pone de muy mala leche.
Y como mi única alumna es mi mujer, pues ya tenemos el show montado para toda la tarde: cabreo, no me chilles que no es para tanto, pero cómo no has visto a ese coche por el retrovisor, sólo es un rasguño...

P.D. Este domingo por la tarde, después de las clases de conducción, me ha tocado hora y media de plancha y ropa arrugada, y para terminarla de joder, el Zaragoza pierde de goleada.
Hay domingos que es mejor que sólo tengan mañana.