pequeñas victorias

El secreto para avanzar es comenzar. Y el secreto para comenzar es dividir
las tareas abrumadoramente grandes en tareas pequeñas y manejables, y
abordar la primera.

Mark Twain

Así comienza el único libro que he escrito en mi vida, y que seguramente escribiré.

Y esta cita me sirve de guía en multitud de ocasiones. En este caso también, y aplicándola he conseguido alcanzar la primera de las metas metas que me marqué cuando empecé con la tontería de correr.

Esta noche he estado corriendo 30 minutos seguidos. Mis primeros 30 minutos. Más del doble de lo que aguanté el primer día, hace exactamente dos semanas.

He llegado eufórico a casa, bastante cansado, pero enormemente contento. La ducha me ha sabido al champán que derraman los campeones en lo alto del podio.

Y mientras tanto ya pienso en la próxima meta. 45 minutos. Ese es el objetivo para los próximos 15 días. Sólo tengo que dividirlos en fracciones pequeñas y accesibles, y empezar por la primera. Ese es el secreto para avanzar.

P.D. Señor Twain, ya le debo dos.