Tocata y fuga

Músicas y reflexiones por fascículos.

jueves, agosto 11, 2005

¡¡ Órdago a la grande !!


Ayer quedé con mis amigos, los de toda la vida: El Abuelo, Tumi, Salmaldón y Capitán Beiconqueso
Casualidades de la vida, tres de nosotros estamos de "Rodriguez" y a los otros dos les dieron "la condicional" durante unas horas.
Empezamos a jugar al mus cuatro de nosotros, hasta que llegara el quinto. Unas cervecillas nos harían más llevadera la espera y la partida. Repartimos las cartas de la primera ronda y maldito sea el cromosoma Y y su gen de la competitividad masculina, que al "Abuelo" le sale la vena Champions League versión "Mus a ocho reyes " y decide que la pareja que pierda pagará un Milmillonario de los ciegos para repartir entre todos.
A mí no me gusta nada apostar, y cada vez menos competir. Quizá lo haga para escudarme en que soy un poco malo en esto de las cartas (aunque , con "Tumi" de pareja, ganamos la prestigiosa Calimocho Cup de mus con moscatel en Benidorm). Al final nos enfrascamos en un duelo de naipes por salvar la honra y no ser los perdedores. No es por el dinero, si no por la molestia de bajar al chiringito de la ONCE y comprar el billete, vago que es uno para las cosas del azar.
Conforme avanzaba la partida empezamos a fantasear con la típica pregunta de ¿Y si te tocan los millones qué harías?
Tras hacer unas divisiones y multiplicar la cifra por 166,386 me di cuenta que la cifra era más que respetable. Y empezamos a elucubrar:
-Yo dejo de trabajar, eso lo primero- dijo Tumi, a lo que "Salmaldón", "Capitán Beiconqueso" y yo mismo dijimos que sí.
-Pues yo no- Dijo el Abuelo.- Yo seguiría con mi vida con tranquilidad, sin cambios.
-¡Anda ya! ¿te tocan tropocientos kilos y te presentas el lunes en la oficina con el traje y la corbata de siempre?- dije yo, un poco incrédulo.
-Pues sí, a mi me gusta mi trabajo.

Cuando dijo esta frase, ninguno de los presentes pudimos rebatirle el argumento. Los cuatro restantes nos dimos cuenta que no nos gustaba nuestro trabajo, que en verdad nos prostituíamos todos los meses únicamente por el dinero, pero que no disfrutábamos con el acto.
En ese mometno en el bar pusieron Money de Pink Floyd en la cadena musical.

Después de ver la patética final de 1.500 metros del Mundial de atletismo, acabamos la partida y nos fuimos de cena.

Lo mejor de la noche, es que puedo ser millonario sin gastarme un duro :-P

P.D. Lo de "la condicional" lo digo desde el cariño, que luego me canean las señoras.