Tocata y fuga

Músicas y reflexiones por fascículos.

martes, septiembre 06, 2005

A orillas del río



Mi pueblo no tiene playa, como dice la canción de los Refrescos, pero tiene río y te puedes bañar en él. Las mañanas de vacaciones transcurren perezosas en las orillas del río, con el resto de parroquianos del pueblo que también acuden a bañarse. Cada familia tiene un punto del río favorito, al que acude religiosamente cada día a darse el chapuzón matutino, hasta la hora de comer.
Al final ya conoces al resto de parroquianos, de tanto verlos todos los días, y repasas la lista de bañistas en falta de los ausente.
"Pues fulanita no ha bajado hoy. Le habrá venido familia"
"Menganito vino ayer, pero hoy volvía a Barcelona, porque se le acabaron las vacaciones"
"Hoy ha venido Zutanito con los críos. ¡Cómo han crecido...!"
Mi mujer Marta y yo llevábamos bajando al río unos días cuando vimos a una vecina de la casa de mis suegros. Bajaba al chapuzón por primera vez en este verano, con sus padres y el novio. La chica es de nuestra edad, por lo que la conocemos de toda la vida. No eramos del mismo grupo de gente, pero coincidíamos en los mismos sitios de fiesta.

Cuando se quedó en bikini, algo no me cuadraba. Seguía igual. A saber: tirando a guapa, pequeña, rubia, buen cuerpo...( ¡Elmasmalo, deja de babear! ) Noté algo raro, pero no sabía el qué.

Empecé a jugar a las 7 diferencias entre la imagen actual de la chica y la que conservaba en mi memoria de años anteriores. Algo había pero no acertaba el qué.

Me giré para comentárselo a mi mujer, que estaba tumbada boca arriba tomando el sol, y antes de que yo dijera una palabra, sin dejar de mirar al cielo, me dijo:

-Sí. Se ha operado las tetas.

Eso coincidía plenamente con las dos únicas diferencias que de momento había encontrado.
Yo le dije a Marta:
-Pues debe ser que sí. Además mira al novio, ¡qué contento está ahora, cuando siempre ha sido más seco que un palo! Ahora no para de sonreir y de mirar a su chica.
-Es que no se que os pasa con las tetas, que os cambia hasta el carácter. Dijo Marta.

Tras esta frase, que no admite réplica, y tras haber resuelto el pasatiempo de las dos diferencias, me tumbé a tomar el sol, y a dejar que el verano transcurriera, con sus pequeñas alegrías.